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jueves, 31 de enero de 2008

De cómo una mala película puede dejarte sordo



Las infecciones de oído son una típica patología infantil. Generalmente las otitis son tratadas con antibióticos y suelen cursar bien, desapareciendo a los pocos días de iniciarse el tratamiento. Sin embargo, de vez en cuando, aparecen casos en los cuales las otitis se vuelven crónicas y los síntomas duran semanas o meses. Se asume que esas otitis son causadas por microorganismos resistentes a los antibióticos y por ello su persistencia. Lo curioso es que generalmente era raro aislar microorganismos potencialmente patógenos, fueran resistentes a los antibióticos o no, de dichas otitis persistentes.

Parece que se ha encontrado la solución al misterio. Un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association, y que se recoge en la web de la revista Nature, muestra que un 92% de los casos de otitis crónica en niños está producido por microorganismos que crecen en biopelículas o biofilms.

Los biofilms son una comunidad de diversos microorganismos que crecen sobre una superficie formando una película o film. Esta comunidad microbiana puede estar poco o muy adherida a dicha superficie. Un biofilm que todos conocemos es el molesto sarro dentario. Se sabe que los microorganismos que crecen en biofilms suelen ser bastante resistentes a la acción de agentes microbicidas como los antibióticos. La razón es sencilla, el agente químico solo ataca a las células más expuestas de la superficie y no puede difundir al interior del biofilm. Generalmente los microorganismos que crecen en biofilm no son fáciles de aislar pues suelen requerir metabolitos o condiciones que solo encuentran dentro de dicha comunidad.



Microfotografia mostrando la complejidad de un Biofilm




Esto explica porque en dichas otitis crónicas no era posible aislar microorganismos y la ineficacia del tratamiento con antibióticos. Pero también puede explicar porque el tratamiento de insertar un tubo quirúrgicamente en el oído puede curar dichas otitis persistentes. La inserción del tubo provoca la rotura del biofilm.

En los biofilms que producen la otitis persistente parece haber unas 50 especies bacterianas distintas. Se están empezando a buscar tratamientos alternativos para destruir o prevenir dichos biofilms. La identificación de algunas de las especies del biofilm permitiría buscar antibióticos específicos contra ellas. Otra estrategia que se ha pensado es la de utilizar microorganismos competidores que se estableciesen formando un biofilm que evitaría la formación del biofilm de patógenos, de una manera análoga al uso de microorganismos probióticos para el establecimiento de la flora intestinal.

Evidentemente ahora se está haciendo una búsqueda para ver si hay más patologías crónicas asociadas con el establecimiento de biofilms. Y entre ellas los candidatos son las inflamaciones de próstata y las infecciones pulmonares en pacientes con fibrosis quística.

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