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viernes, 20 de agosto de 2010

Bernoulli y la inmunización frente a la viruela



Cuando uno escucha el nombre de Bernoulli inmediatamente piensa en flujos y turbulencias. En el campo de la Biología, la dinámica de fluidos tiene bastante importancia en disciplinas como la Fisiología Animal; movimiento de la sangre y otros fluidos corporales; y Vegetal; movimiento de la savia, captación de agua. También en el campo de la Microbiología, sobre todo en el aspecto Industrial.

Pero Bernoulli también es conocido en el campo de la Infectología y las vacunas. El motivo es que fue el primero en demostrar matemáticamente que la inoculación de la viruela era efectiva. Todos hemos oído hablar de Jenner y de su famoso experimento de 1796. Pero si nos paramos un poquito a pensar, Jenner sólo hizo UNA prueba. En el mundillo de la investigación hay un chiste que dice: One experiment, one paper. Two experiments, no paper. Y es que no sería la primera vez que un experimento es exitoso pero al tratar de repetirlo, lo observado anteriormente no se reproduce.



De hecho Jenner no descubrió nada nuevo, sólo lo hizo mucho más simple, seguro y efectivo. La inmunización frente a la viruela se comenzó a realizar en el Reino Unido en 1724. Y todo gracias a Lady Montagu, la esposa del embajador británico en Turquía. Ella observó que los turcos utilizaban un método de inoculación para inmunizar a la población, y ella consintió en que lo practicaran en su hija. Cuando volvió a Inglaterra, ella y el médico de la embajada briánica describieron el procedimiento.

Pero no siempre ocurría la inoculación era efectiva. Había casos de personas inoculadas que posteriormente padecían la enfermedad. Así que más de uno empezó a pensar que lo de la inoculación no era medicina, sino superchería turca. Y aquí es donde entró el amigo Bernouilli. Porque además de ser un gran físico, también era un gran matemático. En el año 1760 realizó un análisis estadístico de los datos de inoculación para comprobar la mortalidad y la morbilidad en aquellos que habían sido incoulados, frente a los no inoculados. Ni que decir tiene que demostró que la inoculación era efectiva.


Esta entrada participa en la X Edición del Carnaval de la Física publicado en CIENCIAMANIA

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