.La
revista Nature publica un optimista artículo sobre la posibilidad de que el
virus de la peste bovina sea oficialmente declarado como erradicado en un año y medio. De ser así, se convertiría en la segunda enfermedad eliminada del planeta después de que en 1980 se consiguiera dicho objetivo con la viruela.
Devastación causada por la peste bovina en Sudáfrica en el año 1897. Fuente: de la imagen El virus de la peste bovina (
rinderpest en inglés) estuvo considerado durante mucho tiempo como una de las peores enfermedades veterinarias. Afectaba tanto a animales domésticos como salvajes. Su mortandad era muy elevada lo que causaba graves perjuicios a las cabañas ganaderas, con efectos terribles en los países subdesarrollados. Este virus pertenece a los morbillivirus, grupo donde está incluido el virus del sarampión. Los síntomas de la enfermedad son fiebre, lagrimeo mucopurulento, diarrea y deshidratación. La mortalidad es superior al 80% en tan sólo diez días.
La enfermedad proviene de las estepas asiáticas y llegó a Europa en el siglo IV, junto con las hordas de hunos que invadieron el Imperio Romano. De Europa se extendió a África, Asia Menor y la India. Afortunadamente no fue exportada ni a las Américas ni a Australia. En los años 80 se desarrolló una vacuna a partir de virus atenuados que producía inmunización total y que además era estable a temperatura ambiente. En 1994 la FAO lanzó un programa de erradicación global (
Global Rinderpest Eradication Programme) que comenzó por estudiar la distribución geográfica de la enfermedad para posteriormente tomar medidas de contención y así evitar su dispersión. Posteriormente se promovía la vacunación masiva del ganado y de la fauna salvaje seguido de la vigilancia exhaustiva para detectar nuevos brotes. Esta última parte ha sido la más difícil, pues muchas de las áreas vigiladas se encontraban en zonas de guerra como Etiopía o Sudán.
Mapa de la FAO mostrando el avance temporal en la erradicación de la enfermedad Como la vacunación produce inmunización no es posible distinguir entre animales vacunados y animales que hayan sobrevivido a la infección. Así que la única forma de saber si la enfermedad ha desaparecido es suspender el programa de vacunación y esperar si aparece algún animal enfermo en alguna de las áreas en las que se mantenía la enfermedad. Desde hace seis meses no se vacunan a los terneros recién nacidos frente a la peste bovina. Si transcurren dieciocho meses más y no se detecta ningún animal infectado entonces se declarará formalmente erradicada la enfermedad.
Vacunación del ganado (Fuente: FAO) Crucemos los dedos.
Audio en "el podcast del microbio".
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