Si has pensado en un fósil no vas desencaminado. Pero no es uno muy antiguo, sino todo lo contrario. Data de 1876.
El pasado mayo, la Sociedad Histórica de Virginia inauguró una exposición titulada Bizarre Bits dedicada a mostrar los "extraños pedazos" de su variada colección de objetos históricos. Entre ellos se encontraba un puro del presidente confederado Jefferson Davis, un hongo tallado representando al general Lee en su caballo y una corona trenzada con pelo humano
Pero lo que ha llamado más la atención son los pequeños restos fotografiados en la cabecera de esta entrada. Estaban en el interior de una carta escrita en 1876, en la cual se describía lo que eran. Un científico que visitó la exposición la leyó e inmediatamente se fue a un teléfono. A los pocos días aparecieron en el museo dos personas con mascarillas y guantes que abrieron la vitrina, recogieron los restos y los metieron en una bolsa con el símbolo de "Biohazard" impreso en cinta roja. Inmediatamente partieron para el CDC de Atlanta.
Los restos que contenía la carta eran de una costra para ser usada en el procedimiento de vacunación de la viruela que se estilaba en el siglo XIX. En la carta se puede leer
"Querido Pa, la pieza que adjunto es perfectamente fresca y fue tomada ayer del brazo de un niño... El Dr Harris dice que la costra puede ser usada para vacunar a 12 personas, pero si quieres más, tienes que enviar a alguien. La he clavado con un alfiler para que no la pierdas como te paso la otra vez"
La costra fue analizada en los laboratorios de Bioseguridad 4 en el CDC y se comprobó que no contenía virus de la viruela, pero sí que contenía el virus de la vacuna. En cierto sentido reavivo el temor de que el virus de la viruela todavía pueda estar presente, y activo, en alguna "reliquia histórica" que de vez en cuando se encuentra.
Fuente de la noticia y de la imagen superior: Wall Street Journal
Fuente de la imagen de la pústula de la vacuna: Gefor
Esta entrada participa en el Biocarnaval del Verano cuyo anfitrión es Marimarus Blog