La semana pasada fui a ver la película "
Contagio" con un par de colegas del trabajo, y debo decir que no nos defraudó. Aviso que voy a contar detalles del argumento, así que si el lector no la ha visto mejor que deje de leer ahora.
Primero, lo que no es "Contagio". No es una película de terror al estilo "REC" o "Resident Evil" en la que el
virus te convierte en un zombie putrefacto. Tampoco es una película sobre una enfermedad incurable e intratable que puede exterminar al 99,9% de la humanidad como se ve en "
Apocalipsis" o en la más reciente "
Infectados". Ni tampoco vamos a ver infectados llenos de llagas purulentas y sangre. No, "Contagio" es un
thriller médico al estilo de "
Pánico en las calles" o "
La amenaza de Andrómeda". El sello de Steven Soderbergh se nota en que la historia está contada en un estilo parecido a lo que hizo anteriormente con "Traffic" y el mundo de la droga. Se nos muestra una serie de historias paralelas cuyo nexo común es la epidemia causada por un virus muy contagioso y mortífero. Cada historia refleja una determinada faceta de como la sociedad actual podría hacer frente a una situación tan grave. Tenemos a la gente normal, a los médicos que intentan combatir la epidemia, a los científicos que tratan de descubrir como desarrollar una vacuna y a los políticos que toman decisiones que afectaran a millones de personas.
Lo mejor que tiene la película es que el aspecto científico está muy cuidado. Los gazapos que pillamos eran pequeños y parecían más el producto de un error de traducción al español que una metedura de pata a nivel científico. Por ejemplo, en una determinada escena Laurence Fishburne está viendo una estructura tridimensional de unas proteínas en un monitor y se refiere a ella como "el virus". En otra secuencia hablan del fracaso de multiplicar al virus en cultivos celulares porque "mata a las células". Supongo que se refieren a que el virus debe de provocar la apoptosis de las células en cultivo antes de haber conseguido terminar su multiplicación.
La secuencia que más me gustó es cuando Kate Winslet tiene que explicar a las autoridades civiles de Minneapolis el problema al que se enfrentan. En tan sólo 5 minutos les explica de manera clara y concisa lo que es la transmisión por
fómites y lo que significa la
R0. También me gustó mucho el homenaje al trabajo de
Barry Marshall cuando demostró que
Helicobacter pylori era la causante de las úlceras. Y por supuesto me gustó la forma en la que se muestra y desarrolla el trabajo de investigación científica para conseguir identificar, estudiar y al final vencer al virus. Incluso muestra la competencia entre el CDC y la OMS que llega a entorpecer los esfuerzos por controlar la epidemia.
La historia se desarrolla a lo largo de más de seis meses, desde el inicio de la infección hasta el desarrollo de una vacuna basada en el uso de un virus atenuado. La enfermedad causada por el virus MEV-1 (no tengo ni idea del porqué de esas siglas) es una afección respiratoria que puede derivar en una encefalitis vírica. Uno de los aciertos de Soderbergh es que la película huye de la truculencia. Las únicas secuencias "fuertes" son la muerte del niño o la autopsia de Gwyneth Paltrow, pero son pecata minuta si las comparamos con cualquier secuencia de un episodio de CSI. En cuanto a los efectos de la epidemia. La R0 del MEV-1 es de 2, como el virus de la gripe o el HIV, pero su tasa de mortalidad es del 20%. Para hacernos una idea, la tasa de mortalidad de la gripe de 1918 se estima entre un 10% y un 20%. Así que la epidemia es capaz de alterar por completo todo el sistema social: los sanitarios se declaran en huelga por miedo a la infección, la gente que ha sobrevivido a la enfermedad, o han sido vacunados, llevan una pulsera de identificación; se declara el estado de sitio para evitar los saqueos y pillajes, e incluso secuestros para conseguir medicamentos y vacunas.
Otro acierto de la película es mostrar el daño que pueden hacer la pseudociencia y los periodistas sensacionalistas. Tal y como reza el cartel,
nada se esparce como el miedo. El personaje interpretado por Jude Law es el típico conspiranoico que hace un negocio a base de hacer creer a la gente que un remedio homeopático puede curarles de la enfermedad, y que todo es un complot de la industria farmacéutica y los gobiernos. A destacar el acierto de Soderbergh al mostrarnos el manido error de tratar dos cosas distintas como si fueran iguales en aras de una supuesta "imparcialidad" con el debate televisivo entre Jude Law y Laurence Fishburne, pues pone al mismo nivel a un charlatán y a un científico. Paradójicamente, el aspecto conspirativo de que el virus pueda haber sido diseñado artificialmente como un arma biológica también es tomada en serio por las autoridades sanitarias y militares en un principio de la película. Algo que no es de extrañar después de lo del caso
Amerithrax.
¿Y cómo es el virus MEV-1? Pues es un producto de la imaginación de
Ian Lipkin, un virólogo de la Universidad de Columbia, y del guionista Scott Burns. Lipkin se basó en la epidemia del SARS y lo creó como una fusión entre dos paramixovirus: el virus
tipo Nipah (ya hemos
hablado de él) proveniente de un murciélago, y un rubulavirus porcino. Dentro de los rubulavirus se encuentran virus como el de las paperas o el de la
parainfluenza (paragripe) humana, que son bastante contagiosos. Burns insistió en que el virus debería de ser "creado" en la Naturaleza. Nada de armas militares ni conspiraciones. El MEV-1 es fundamentalmente un Nipah con una pequeña porción de rubulavirus. Pero esa fusión crea una proteína que le permite entrar fácilmente en las células humanas. En la película, el personaje Ian Sussman interpretado por Elliot Gould es un homenaje a Ian Lipkin.
Muy recomendable. Que paséis un buen Halloween
Esta entrada participa en el
VI Carnaval de la Biología hospedado en Diario de un Copépodo.
Links relacionados:
"
Miedo real", especial del programa radiofónico "
Feedback" dedicado a la película.