Cuando yo cursé la asignatura de Microbiología allá por el año 1985, la taxonomía bacteriana que nos enseñaron se basaba exclusivamente en las características fenotípicas de dichos microorganismos. Es decir, lo primero de todo si eran Gram positivos o Gram negativos. Luego, si eran bacilos, cocos o tenían otra forma celular. A continuación si eran aerobios, anaerobios, aerobios facultativos, ... y así una ristra interminable de características como qué tipo de metabolismo tenían, , qué azúcares fermentaban, si presentaban formas de resistencia, a qué pH crecían, etc. Estudiar aquello era una auténtica pesadilla.
Para hacernos una idea, era como si en Zoología o en Botánica todavía clasificaran a los animales y las plantas en base a su aspecto exterior, descontando por completo tanto su anatomía interna, como sus relaciones evolutivas. Es decir, uno podía acabar diciendo que un murciélago era un ave porque tiene alas. O si hablamos en términos botánicos, que un trébol están más relacionado con una margarita que con una acacia porque las dos primeras son hierbas y la última es un árbol.
Woese cambió todo eso. No es que lo descrito arriba no se siga utilizando (se usa, sobre todo en microbiología clínica) pero consiguió que la taxonomía microbiana se basara en las relaciones filogenéticas en lugar de en los parecidos fenotípicos. Por buscar una analogía, Woese significó para la Microbiología lo mismo que Linneo para la Botánica. Y como ocurrió con el naturalista sueco, su descubrimiento significó un cambio parta toda la ciencia de la Biología.
Si Linneo se fijó en las flores para realizar su clasificación de las plantas, lo que hizo Woese fue fijarse en algo que todos los seres vivos tienen: el RNA ribosomal 16S (rRNA 16S). Está molécula es parte esencial de un proceso que realizan todos los seres vivos celulares de este planeta: la biosíntesis de proteínas. Como esperaba, al comparar las secuencias de los diferentes rRNAs 16S se encontró con que los seres vivos estaban evolutivamente relacionados entre sí, pero se sorprendió al encontrar que las relaciones de parentesco entre ellos no eran las que se suponían que eran. Su descubrimiento fue una auténtica revolución pues acabó con cinco reinos y estableció tres dominios: Bacteria, Archaea y Eukarya. El esquema filogenético resultante es lo que hoy en día se conoce como "árbol de la vida".
Muchos opinan que su trabajo de 1977 es uno de los principales hitos de la Biología, comparable a la publicación del "Origen de las Especies". En cierto sentido, no les falta razón, ya que dicho artículo es la mejor comprobación experimental de la hipótesis darwiniana de que todos los seres vivos de este planeta descendemos de un ancestro común. Pero además puso las bases de la actual metodología de la llamada revolución metagenómica que nos está permitiendo comprender y sistematizar la gran biodiversidad que existe en este planeta.
Definitivamente se nos ha ido un gigante sobre cuyos hombros se apoyarán otros. Descanse en paz
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El árbol que plantó Carl Woese.
Woese CR, & Fox GE (1977). Phylogenetic structure of the prokaryotic domain: the primary kingdoms. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, 74 (11), 5088-90 PMID: 270744
6 comentarios:
No sabía que hubiese muerto, una muestra del poco eco que la noticia ha tenido. Yo estudié micro el año pasado y aunque estudiamos su clasificación, la verdad es que la taxonomía que estudiamos viene dada por el fenotipo (bacilos gram+ homofermentativos...), porque la vardad estudiarlas por el criterio genético sería un lio, un tema serían las bacterias verdes del azufre y meses después las no del azufre que están emparentadas con otro grupo totalmente diferente, por poner un ejemplo.
Aún así la idea de la clasificación bacteriana por criterio filogenético fue muy audaz en su época.
Hola Hadriano
Como indico en el post la taxonomía basada en el fenotipo todavía tiene mucho uso, sobre todo en clínica, donde puedes aislar al bicho. Pero la taxonomía filogenética se va imponiendo poco a poco por el hecho de que es la que se usa en los estudios metagenómicos medioambientales donde no hay porqué aislar a los microorganismos, y la única información que tienes es la secuencia. De hecho, yo empecé a enseñarla a mis alumnos de CC Ambientales en 1998. Intentaba relacionarla con los grandes grupos fenotípicos, pero poco a poco los libros comenzaron a utilizarla también. Ahora el Brock y el Prescott fundamentalmente presentan los grupos en base a la filogenia y ya no tanto al fenotipo.
Un saludo
Hola Manuel,
justamente explicaba a mis alumnos antes de las vacaciones lo importante que había sido Woese y sus colaboradores para cambiar la perspectiva sobre la evolución y la clasificación microbiana. Las fotos de que disponía ya eran de mayor, con lo que les comenté que creía que seguía vivo... y mira, zas! Se muere el penúltimo día del año...
En fin, descanse en paz.
Recomiendo este artículo suyo: Woese, Carl R.; Nigel Goldenfeld (2009). «How the Microbial World Saved Evolution from the Scylla of Molecular Biology and the Charybdis of the Modern Synthesis». Microbiology and Molecular Biology Reviews 73 (1): pp. 14–21. doi:10.1128/MMBR.00002-09
Un saludo,
Fede
Muchas gracias por el comentario y por la referencia bibliográfica Fede.
Me he hecho una cuenta de google para poder entrar. A ver si funciona.
Vaya! Parece que funciona.
Felicidades por el blog Manuel, lo sigo a menudo. Ahora podré meter baza.
Saludos
Muchas gracias Josef
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